Han sido muchos meses de videojuegos indies y, como suele ocurrir en todo lo que se prolonga en el tiempo, este trabajo no habría sido posible, o al menos no habría salido igual, sin la ayuda de muchas personas que han colaborado conmigo desinteresadamente y que me han apoyado cuando ha hecho falta.

 

Por eso, en primer lugar, infinitas gracias a todos esos indies que me han ayudado a conocer mejor la industria de primera mano y se han adaptado a mis horarios y requerimientos. Gracias a Josué por su sinceridad, su humor y su cercanía; a los chicos de Fictiorama por abrirnos las puertas de su pequeño estudio y por contagiarme su entusiasmo (especialmente a Luis, puesto que, al igual que otros muchos apuntaron, he aprendido mucho de ti); a José Herráez por ser tan atento y ayudarme a romper el hielo con mi primera entrevista (¡un recibimiento digno de recordar!); a Miguel por contestar a mis preguntas en día de fiesta (porque los chicos de Teku trabajan duro hasta cuando el resto del país celebra el Día del Trabajador); y a Ramón por hacerme un hueco a pesar de todo el trabajo que tienen encima con Blues And Bullets. Gracias, y mucha suerte en vuestros proyectos. Y, por supuesto, a José Luis, por toda su ayuda y su orientación como tutor.

 

Y, por supuesto, mil gracias (aunque ya os lo pagué en comida y bebida) a esas dos personas que me siguieron hasta Carabanchel, San Sebastián de los Reyes o Colón para grabar mis entrevistas y me aguantaron porque tienen la suerte -o la desgracia- de ser mis amigos: gracias Rober y Víctor (y por los consejos de después, y por vuestros maravillosos planos experimentales).

 

En todos estos meses no siempre los días han sido fáciles, y cuando mi ánimo vacilaba y parecía que ello iba a afectar a mi trabajo también he tenido la suerte de contar con muchas personas cercanas que me han levantado y me han despertado si era necesario hacerlo (como hacen siempre, en realidad). Raúl, Cata, Gon, Astrid, Mónica, Leti, Pilar... Gracias, por estar a mi lado (¡momento cursi!). Y gracias, también, a mis flamantes compañeras de piso, con las que he compartido penas y risas en esta complicada recta final.

 

Siguiendo en línea con esa cursilería que tanto me gusta, un agradecimiento importante: a Olga y Tomás, aquellos que me construyeron a mí y que, ya fuera desde la distancia o no, han soportado chapas eternas sobre un tema que apenas conocían y me han tranquilizado si algo amenazaba con resquebrajarse.

 

Y, en definitiva, mi agradecimiento a todos los que me han soportado estando monotema desde, más o menos, febrero -incluso a los que ahora están lejos-, y que han aportado ideas, consejos o, al menos, algo de paciencia. Recordad: gracias a vosotros, los videojuegos "indies" también cuentan un poquito más.